El desayuno es la comida más importante del día porque es a partir de la cual se rompe el ayuno y el cuerpo obtiene la energía y vitaminas necesarias para el desarrollo del día. Además, es la primera ingesta del organismo en el día después de bastantes horas de ayuno y de reposo, antes del cual los niveles de glucosa en sangre son muy bajos. Debe aportar alrededor del 25% de nuestra ingesta calórica diaria. Se deben combinar elementos de forma equilibrada, para que el cuerpo absorba las vitaminas, fibra, carbohidratos y minerales necesarios.
El tipo de desayuno que se tome tendría que hacerse en función de como se espera que sea el rendimiento del día, o por lo menos de esa mañana. Pero, independientemente de esto, aunque el resto de comidas también son importantes para ayudar a mantenerse en buen estado a lo largo del día, desayunar es imprescindible por ser el primer contacto del cuerpo con la energía. Las costumbres en el desayuno varían según los lugares, sociedades o recursos que se tengan.
Comenzar un día sin el desayuno o con este incompleto influirá en como la persona se manejará durante el día. Hoy en día mucha gente se salta esta ingesta por falta de tiempo, lo que lleva consigo un empeoramiento de los rendimientos y un peor funcionamiento del organismo. El cerebro se alimenta de glucosa, pero no tiene la capacidad de almacenarla. Se tiene mayor y mejor concentración cuando has desayunado, ya que de lo contrario el cerebro deja de ocuparse de sus funciones intelectuales para centrarse en activar y mantener el sistema para obtener el combustible suficiente para mantenerse activo. La glucosa también alimenta los músculos haciendo que estos se activen y no sintamos sensación de cansancio y debilidad, además de que se va consumiendo músculo, haciendo que se pierda tono muscular.
La toma de un desayuno equilibrado y completo contribuye a un mejor reparto de las calorías a lo largo del día y sobretodo es especialmente importante en el caso de los niños. Su ausencia puede llevar a un desequilibrio en su estado nutricional, problemas físicos, intelectuales y de comportamiento, debido a que están en pleno crecimiento y desarrollo y necesitan un continuo aporte de nutrientes. No desayunar en edades escolares, condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de locución o expresión, de memoria, creatividad y resolución de problemas quedan particularmente afectadas. En la adolescencia mejora el rendimiento escolar, ayuda a controlar el peso y previene la deficiencia de hierro.
Hay que recordar el desayuno es más importante aún durante: infancia, adolescencia, embarazo y lactancia. Pero, en general, comenzar la jornada con el estómago vacío se relaciona con falta de concentración y menor rendimiento intelectual, pésimo humor y una elevada sensación de cansancio, favorece el estreñimiento e incrementa el riesgo de desarrollo de obesidad, diabetes e infartos. Por otra parte, estas personas suelen llevar una dieta de peor calidad y un peor estado nutricional. También hace que se llegue con más hambre a la hora de la comida y comamos mucho más, a parte de que propicia que se pique entre horas al sentir sensación de debilidad.
Por lo que, algunos de los beneficios del desayuno son:
- Proporciona un mejor estado nutricional.
- Hace que tengamos mejor humor, al aumentar el nivel de energía y positivismo del cuerpo.
- Ayuda a controlar el peso generando un mejor reparto de calorías.
- Ayuda a adelgazar, ya que haciendo cada comida de forma adecuada hace que se coma menos en cada una de ellas.
- Incrementa tu actividad, tanto física como intelectual, hace que rindamos más, facilita la concentración, la memoria y nuestras habilidades intelectuales.
- Está demostrado que disminuye las probabilidades de convertirse en diabético.
- Mejora los reflejos
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