Durante los primeros 6 meses de vida los bebés reciben una alimentación exclusivamente a base de leche materna o de fórmula.
La lactancia materna es habitualmente la mejor alternativa para alimentar a los recién nacidos debido a que esta ejerce numerosos efectos beneficiosos tanto en el bebé como en la madre. Además de que posee numerosas propiedades de las que carecen las leches artificiales.
En el bebé:
La leche materna es la forma más natural y ecológica de alimentar a los niños y aporta toda la energía y nutrientes que estés necesitan. Su producción es diferente en relación a la etapa gestacional y por lo tanto se adapta a las necesidades del bebé en cada momento.
A nivel inmunológico estimula su desenvolvimiento y protege al niño frente a enfermedades como la diarrea, o frente a posibles futuras enfermedades como las alegrías o el asma. Además cuenta con un sistema enzimático que facilita la digestión. Además de fomentar el desarrollo sensorial y cognitivo y favorecer la visión.
En las madres optar por dar a sus hijos lactancia materna también ejerce múltiples beneficios:
La lactancia ayuda a que haya un menor sangrado post-parto, una menor incidencia de tumores ováricos y mamarios, favorece la perdida del peso ganado durante el embarazo. Además también hace que haya retrasos en la ovulación lo que permite espaciar los embarazos y fomenta un mayor vínculo madre e hijo.
Aparte de estos, la lactancia materna cuenta con otras muchas ventajas. Esta leche no es necesario calentarla ni prepararla por lo que reduce el riesgo de contaminación y de errores a la hora de la preparación. Por otra parte también es la alternativa más económica y respetuosa con el medio ambiente ya que no necesita ser producida, almacenada ni transportada.
La lactancia materna es habitualmente la mejor alternativa para alimentar a los recién nacidos debido a que esta ejerce numerosos efectos beneficiosos tanto en el bebé como en la madre. Además de que posee numerosas propiedades de las que carecen las leches artificiales.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyYa6vu-Qp_hRZQgpybUKqUBoGo_uaRM_J3i0e50UnaRFZU3I1_fHnSGR32RKQ-9WIw8IGtm62WXiLP2o8E9cgrjlTAv4pVeISrivfU4rQ9RMGuXUZkRngiiESWwkVn-_nCKO7nWB6lKs/s320/ThinkstockPhotos-147309906.jpg)
La leche materna es la forma más natural y ecológica de alimentar a los niños y aporta toda la energía y nutrientes que estés necesitan. Su producción es diferente en relación a la etapa gestacional y por lo tanto se adapta a las necesidades del bebé en cada momento.
A nivel inmunológico estimula su desenvolvimiento y protege al niño frente a enfermedades como la diarrea, o frente a posibles futuras enfermedades como las alegrías o el asma. Además cuenta con un sistema enzimático que facilita la digestión. Además de fomentar el desarrollo sensorial y cognitivo y favorecer la visión.
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La lactancia ayuda a que haya un menor sangrado post-parto, una menor incidencia de tumores ováricos y mamarios, favorece la perdida del peso ganado durante el embarazo. Además también hace que haya retrasos en la ovulación lo que permite espaciar los embarazos y fomenta un mayor vínculo madre e hijo.
Aparte de estos, la lactancia materna cuenta con otras muchas ventajas. Esta leche no es necesario calentarla ni prepararla por lo que reduce el riesgo de contaminación y de errores a la hora de la preparación. Por otra parte también es la alternativa más económica y respetuosa con el medio ambiente ya que no necesita ser producida, almacenada ni transportada.
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